domingo, 20 de enero de 2013

Festividades de la Parroquia de San Sebastian en Tuxtla Gutierrez.


Tuxtla Gutierrez, Chiapas.- Durante una celebración llena de alegría, danzas y entretenimiento culmino la fiesta en honor al santo patrón San Sebastián que se llevó a cabo en una la colonia Albania Baja del norte oriente de la ciudad. Durante la celebración se apreció la tan tradicional danza de los parachicos acompañada del sonido del pito y tambor. A su vez la coordinación de la parroquia organizo algunas actividades de recreación y se presentaron algunos grupos de música grupera locales que fueron la diversión de jóvenes y adultos. No podían faltar los tradicionales puestos de tamales y pozol, bebida típica de nuestro estado. La coordinación estuvo a cargo de Ramiro Alemán, subordinación de José Méndez Castillo y de Mayola Coronel Pérez. 

La fiesta de San Sebastián es la última de una serie de festividades entre las que se encuentran San Antonio Abad, Santo Domingo de Guzmán y se remonta a las postrimerías del siglo XVIII, cuando una señora potentada llegó a esta ciudad, trayendo consigo a un hijo suyo, como de doce años de edad, con graves problemas de salud, acusando una enfermedad rara que hasta ese momento ningún médico había podido atender.

Después de varios sinsabores, por fin la señora con su hijo llegó a manos de un renombrado brujo, residente en las afueras de Chiapa de Corzo, y sentenció que padecía de "tiricia", determinando que el infante se curaría con unos brebajes o pócimas de hierbas, además de darle unos baños termales de "Cumbujuyú", durante nueve días. Así se hizo, el niño tomó todos los menjurjes y brebajes preparadas por el brujo mismo, que personalmente las llevaba y revisaba que el niño las tomara. 

Por otro lado, también existía una recomendación a los hacendados del lugar y era el de buscar la forma de distraer al chamaco que estaba muy enfermo, por lo tanto se reunieron para ponerse de acuerdo y determinaron en responsabilizar a los mayordomos o encargados de las haciendas para encontrar la forma de distraer al niño. Una vez que pusieron manos a la obra, éstos se vistieron con una capa larga, botas, chicote en mano y como eran españoles eran de tez blanca y cabellera rubia, ojos azules o castaños claro y mejillas sonrosadas, dando origen al mote de "Parachicos", es decir, los encomendadores de las haciendas se vestían así y procuraban dar alegría para el chico enfermo.

Después de tantos esfuerzos el niño se recuperó, recobró la movilidad y sanó. Doña María de Angulo, agradecida, mandó a traer desde tierras distantes ganado y grandes cantidades de cereales para todos los habitantes de Chiapa de Corzo, recobrando la alegría y el entusiasmo por la vida.

Cuenta la leyenda que varios años después de haber partido Doña María de Angulo, el pueblo trató de celebrar festejos recordatorios de la filantrópica señora y se fueron inventando bailes que imitaban a los "Parachicos" que dieron como resultado La Feria de Enero. Posteriormente los frailes anexaron las celebraciones religiosas a este hecho, dándole un cariz religioso, y como se realizaban en el mes de enero, lo asociaron a la fiesta de San Sebastián Mártir, pero sinceramente esta feria tiene más de tradicional que religiosa.

Finalmente la fiesta entra en el ocaso hacia los últimos días de enero y aparecen dos momentos culminantes, que son: el combate naval que es un espectáculo de luces y colores en las orillas del Río Grijalva, y el otro cuando desfilan por la ciudad corceña carros alegóricos en memoria de Doña María Angulo, benefactora de la entidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario